¿Qué es el autismo?
El trastorno del espectro autista (TEA), o autismo, es un trastorno neurológico y del desarrollo complejo que afecta la forma en que una persona actúa, se comunica, aprende e interactúa con los demás.
El TEA afecta la estructura y la función del cerebro y el sistema nervioso. Dado que afecta el desarrollo infantil, se le denomina trastorno del desarrollo. El TEA puede persistir durante toda la vida. Las personas con este trastorno presentan problemas de comunicación, de interacción social (habilidades sociales), intereses restringidos y comportamientos repetitivos.
Distintas personas con autismo pueden presentar síntomas diferentes. Por esta razón, el autismo se conoce como un trastorno del espectro, un grupo de trastornos con diversas características similares. El TEA incluye:
- Trastorno autista (autismo "clásico"). El trastorno autista es a menudo lo que se nos viene a la mente cuando pensamos en autismo.
- Síndrome de Asperger. A veces se dice que el síndrome de Asperger es una versión más leve del autismo clásico, que afecta principalmente el comportamiento social. A diferencia de las personas con autismo, muchas personas con síndrome de Asperger tienen una inteligencia y habilidades lingüísticas normales o superiores a la media.
- Trastorno generalizado del desarrollo no especificado (TGD-NOS o autismo atípico). El TGD-NOS incluye algunas, pero no todas, las características del autismo clásico o del síndrome de Asperger. Esta categoría también incluye el trastorno desintegrativo infantil y el síndrome de Rett, dos trastornos en los que el niño se desarrolla con normalidad durante varios meses o años y posteriormente pierde habilidades relacionadas con el lenguaje, el movimiento, la coordinación y otras funciones cognitivas.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de una persona con autismo pueden ser muy diferentes a los de otra. Una persona con autismo puede presentar síntomas leves, mientras que otra puede presentar síntomas más graves, pero ambas tienen TEA.
A pesar de la variedad de posibles síntomas, existen ciertas acciones y comportamientos comunes. En general, los principales signos y síntomas del TEA se relacionan con la comunicación, las conductas sociales y las rutinas o comportamientos repetitivos, a veces denominados estereotipos.
Comunicación:
- No responde a su nombre a los 12 meses de edad.
- No puede explicar lo que quiere
- Las habilidades del lenguaje se desarrollan lentamente o el habla se retrasa.
- No sigue instrucciones
- A veces parece oír, pero otras no.
- No señala ni dice "adiós" con la mano
- Solía decir algunas palabras o balbucear, pero ahora no.
Comportamiento social:
- No sonríe cuando le sonríen
- Tiene poco contacto visual
- Parece preferir jugar solo
- Es muy independiente para su edad.
- Parece no prestarle atención a la gente
Comportamiento estereotipado:
- Se queda "atascado" haciendo las mismas cosas una y otra vez y no puede pasar a otras cosas.
- Muestra un profundo apego a ciertos juguetes, objetos o rutinas.
- Pasa mucho tiempo alineando cosas o poniéndolas en un orden determinado.
- Repite palabras o frases
Otros comportamientos:
- Tiene patrones de movimiento inusuales
- No sabe jugar con juguetes.
- Hace ciertas cosas "antes de tiempo" en comparación con otros niños.
- Camina de puntillas
- Tiene rabietas intensas o violentas
- Es demasiado activo, poco cooperativo o resistente.
- Parece demasiado sensible al ruido.
¿Qué tan común es el autismo?
Los investigadores no saben exactamente cuántas personas en los Estados Unidos tienen TEA.
Las últimas estimaciones sugieren que aproximadamente uno de cada 68 niños (o el 1,5 % de los niños) en Estados Unidos tiene autismo. Aproximadamente 36 500 de cada 4 millones de niños que nacen cada año en Estados Unidos tendrán autismo.
El TEA se presenta en todos los grupos raciales, étnicos y socioeconómicos. Estudios realizados en Europa, Norteamérica y Asia muestran una prevalencia promedio de personas con autismo de entre el 1% y el 2% de la población.
El TEA es aproximadamente 4,5 veces más común entre los niños que entre las niñas.
Comunicarse sin palabras
Para los atletas con autismo, la experiencia social en los eventos de Olimpiadas Especiales puede ser gratificante y empoderadora. Nuestros atletas no solo aprenden nuevas habilidades (y las demuestran), sino que compiten en un entorno seguro donde pueden interactuar con otras personas de forma relajada y sin presiones.
Los voluntarios y entrenadores de Olimpiadas Especiales tienen experiencia trabajando con jóvenes y adultos con dificultades de comunicación o sensoriales. Encontraremos la manera —y el deporte— más adecuado para cada atleta.
Ver lo que hay dentro de la mente
Para los padres y cuidadores, la mayor recompensa a veces llega de forma inesperada. La madre de un atleta con autismo sabía que a su hijo le gustaban las Olimpiadas Especiales; él simplemente no podía decírselo.
Michael no se comunica bien, así que puede ser difícil saber qué piensa. Entonces, un día, el chico de 15 años redecoró su habitación. Su madre dice: «Vimos un poco dentro de su mente cuando Michael decidió decorar».
Al parecer, lo que Michael siente por Olimpiadas Especiales es orgullo. Recogió todas sus medallas y las colgó en la pared con orgullo. Su madre dice: «Ahora estoy tan orgullosa. ¡Y feliz! A veces es muy difícil asegurarme de que pueda participar; hay que hacer muchos malabarismos para que el horario funcione. Esto hace que todo valga la pena».
Fuentes: El Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver/Institutos Nacionales de Salud, y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, y Olimpiadas Especiales.